En Phoenix, Arizona, sobre la avenida Grand y la avenida 11, una gran valla publicitaria de la artista californiana Karen Fiorito presenta una impactante composición visual con el presidente Donald Trump en el centro: coronado, con el torso desnudo y hundido en un pantano. En su mano derecha, sostiene un móvil dorado estilo selfie; en la izquierda, una diminuta camiseta verde sin mangas. Alrededor de su cuello cuelga un medallón dorado que evoca más a la mafia que a la realeza. La obra, titulada “Rey del Pantano”, retrata al presidente como una figura atrapada en el suyo propio.
No muy lejos, en Tucson, una ciudad al sur de Phoenix, un restaurante sirve la “Maga Burger”. El dueño, un ciudadano estadounidense naturalizado de El Salvador, le comenta a la periodista Maritza Félix durante una entrevista para su medio Conecta Arizona: “En este restaurante, el presidente Trump es querido y bendecido.” Sólo queda un mes para las elecciones al Congreso en el sur de Arizona, programadas para septiembre de 2025.
Una mexicana indocumentada, con tres hijos —uno residente estadounidense con visa y los otros dos ciudadanos estadounidenses—, le cuenta a Félix que se ha enfrentado a su deportación en múltiples ocasiones. Sin embargo, describe la presidencia actual como “el milagro que Dios me está enviando para que pueda poner mis papeles en orden.”
Desde que Trump asumió el cargo, su administración ha intensificado la represión migratoria. A pesar de ello, las posturas de los latinos sobre las nuevas leyes y la actual campaña de inmigración y deportaciones están muy divididas. Curiosamente, incluso quienes tienen estatus migratorio legal, pero no ciudadanía, apoyan al mismo presidente que supervisa sus posibles deportaciones.
Al conectar con Maritza Félix para una conversación por Zoom, ambas reconocemos que, a medida que los ciudadanos mexicanos y estadounidenses navegan por las cambiantes políticas migratorias, el equipo de Félix en Conecta Arizona se ha encontrado interactuando con “una interesante audiencia latina llena de complejidades.” Ella añade: “Como seres humanos, tendemos a crear cámaras de eco, pero estamos rompiendo esas burbujas al exponer las diferentes perspectivas dentro de la comunidad latina.”
Hace cinco años, Félix fundó la plataforma de periodismo hiperlocal Conecta Arizona casi por casualidad. Inicialmente, había creado un grupo de WhatsApp con familiares y amigos que vivían en Arizona y México para mantenerse en contacto durante la pandemia, cuando las visitas estaban restringidas debido al cierre de fronteras. Mientras más gente seguía uniéndose al grupo, Félix continuaba enviando correcciones o verificaciones de datos cada vez que compartían algo absurdo o falso sobre cómo protegerse del coronavirus.
Ex productora de televisión, Félix había trabajado previamente en reportajes sobre comunidades inmigrantes, pero llegó a sentirse desconectada de su realidad. Decidida a cerrar esa brecha, rompió con el modelo periodístico tradicional y empezó a cubrir la absoluta falta de información en las comunidades latinas, que no podían discernir cuándo la información que llegaba era lo suficientemente cuestionable como para consultarla y tampoco encontraban información verificable en español en sus medios nacionales. “Muchos eran trabajadores esenciales que, a pesar de la pandemia, tuvieron que salir a trabajar. Con el lanzamiento de Conecta Arizona en 2020, comenzamos a prestar atención a estas comunidades, las apoyamos, las conectamos con expertos, y así nos convertimos en una constante en sus vidas,” dice Félix. Conecta Arizona comenzó a cubrir historias que reflejaran las realidades de la vida mexicoamericana, transformaran la narrativa sobre la frontera y brindara recursos esenciales a los lectores.
Además, 2020 fue un año de elecciones presidenciales. Donald Trump se postulaba a la reelección en medio de un torbellino de teorías conspirativas, y el ataque al Capitolio. Félix dio un paso importante al producir periodismo práctico que aborda la desinformación y explicaba cómo el resultado de las elecciones afectaría a las comunidades latinas. “Aspectos sencillos a los que los principales medios de comunicación no prestaban atención o no tenían los recursos para cubrir. Recopilábamos todo eso y lo convertíamos en contenido,” afirma. En Arizona, uno de cada tres votantes es latino, y es considerado un “swing state” lo que lo convierte en un estado clave.
Joe Biden ganó Arizona por un estrecho margen en 2020, con tan solo el 0,3 %, la primera victoria presidencial demócrata en el estado desde Bill Clinton. En las elecciones de 2024, Donald Trump recuperó Arizona con un margen del 5,5 %, la victoria más significativa de un republicano en el estado desde 2012.
Días antes de la segunda investidura presidencial de Trump, Conecta Arizona publicó recomendaciones sobre cómo interactuar con los guardias fronterizos, cómo comportarse en las protestas y qué hacer si agentes federales o locales llegan a su domicilio o los detienen mientras conducen. Estos primeros consejos resultaron beneficiosos. “Al día siguiente de la toma de posesión de Trump como presidente de Estados Unidos, recibimos 819 mensajes. Comparto la cifra exacta porque conté los mensajes de personas que reportaban operativos, redadas y similares. Si bien no hemos confirmado ninguna redada masiva en Arizona hasta el momento, hemos visto numerosos operativos dirigidos a personas específicas con nombres y apellidos cuyos casos de inmigración se cerraron hace mucho tiempo. Bajo las nuevas directivas de esta administración, ahora se les exige comparecer ante el tribunal,” explica Félix.
Me pregunto cómo Conecta Arizona equilibra las diferentes posturas de su creciente audiencia, mayoritariamente Latinos, sobre las recientes políticas de inmigración y las deportaciones. ¿Cómo participan en el diálogo comunitario y mantienen a la comunidad unida?
Todas las tardes, de lunes a viernes, de 14:00 a 15:00 h, hora de Arizona, Conecta Arizona abre un grupo de WhatsApp llamado Cafecito, donde los periodistas interactúan con la comunidad sobre una amplia gama de temas. Las discusiones pueden abarcar desde noticias de famosos, como divorcios, hasta victorias deportivas y acontecimientos políticos, como las últimas acciones de Trump. Una vez a la semana, invitan a un experto —ya sea un médico, un abogado o un cónsul— para hablar con la comunidad y responder preguntas. A veces, las conversaciones se vuelven tan intensas que, según Félix, tiene que intervenir para restablecer la calma.
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“Fomentar estas discusiones digitales es todo un reto, pero es gratificante ver cómo se siente la comunidad y brindarles un espacio para debatir”, explica Félix. “También conocen a los periodistas detrás de la publicación, lo que les permite exigirnos responsabilidades por nuestras acciones. Hablamos con ellos sobre lo que publicamos y por qué. Creo que este diálogo con la comunidad es crucial para el trabajo minucioso que realizamos.” Para Félix, las historias no se derivan únicamente de los comunicados de prensa; surgen de tardes llenas de diálogo.
Las conversaciones de Cafecito también se han convertido en eventos presenciales y regulares en vivo en Tucson y Hermosillo, así como en Sonora, México.Aunque este año ha sido particularmente difícil. “Hay mucha intimidación. Estacionan patrullas o vehículos de ICE fuera de los recintos, sancionando a la gente en el acto para desalentar la asistencia”, explica Félix. Sin embargo, muchos latinos siguen asistiendo. Estas conversaciones fomentan una conexión humana que hace que el debate y las diferentes posturas en inmigración y deportaciones se sienta más genuino, válido y matizado. “Al principio, muchos asistentes expresaron: ‘Voté por Trump, y eso es genial porque nadie quiere vivir en un país inseguro.’ Ahora, quienes han sufrido discriminación racial dicen: ‘No sabía que esto me podía pasar a mí ni a mi familia.’”
Sin embargo, Félix enfatiza que los latinos siguen profundamente divididos. “Mucha gente no cambiará de opinión, y estamos seguros de ello, pero al menos hemos aumentado nuestra disposición a escucharnos mutuamente,” observa.
Conecta Arizona a veces publica contenido que no siempre es el más popular. Por eso han buscado asesoramiento y apoyo de diversas organizaciones para ayudarles en caso de una demanda o encuentro con agentes federales o locales debido a sus antecedentes. Por ejemplo, han cuestionado la ley promulgada el 4 de julio, conocida como “One Big Beautiful Bill Act”, porque afectaría a las familias migrantes en Arizona. A pesar de la reacción negativa de algunos de sus lectores, Félix afirma: “Aunque nos esforzamos por ofrecer contenido equilibrado, puede ser difícil cuando la gente se niega a interactuar de forma razonable.” Sin embargo, asegura a su audiencia que continuarán “cuestionando esta y cualquier ley futura que pueda afectar directamente a nuestras familias, independientemente del gobierno o partido político.”
Félix señala que incluso los latinos que no tienen posturas particularmente críticas sobre la actual campaña de deportaciones han comenzado a seguir a Conecta Arizona y a participar en Cafecito, ya que se sienten desconectados de sus comunidades. Con la forma en que se han manejado las cosas en los primeros seis meses del nuevo gobierno, algunos líderes y activistas conservadores han perdido la conciencia social de la comunidad. “A través de nosotros, pueden sentir el pulso de la comunidad, y es fantástico que aún puedan estar al tanto de lo que les sucede a los demás,” explica Félix.
Félix recibe con frecuencia mensajes de su audiencia, como: “¿Dónde puedo votar?”, “¿Pueden acompañarme a los tribunales?”, “Me deportaron” o “Mi hijo fue golpeado”. Al concluir nuestra conversación, Félix relata un incidente reciente relacionado con un apuñalamiento en una escuela secundaria donde una de sus participantes en el grupo de WhatsApp Cafecito es profesora. “Compartió videos del incidente con nosotros. Y pensé: que la gente confíe lo suficiente en nosotros como para abrirse y compartir estas experiencias es una muestra de amor, que también debemos corresponder y conmemorar de alguna manera.” Porque al final, no solo importa la historia, sino también quién la cuenta.